
Desde este momento Félix comienza una serie de aventuras que le vienen dadas porque es estafado y hundido en la miseria a la llegada a Roma. De esta forma conoce otras religiones y al final se alista en las legiones romanas como auriga para viajar a Mesopotamia y de allí a los desiertos cercanos a Persia para hacer la guerra al ejército moro. Después de días sin batallas, comienzan los problemas en la Legión, y Félix es designado como abogado, lo que le hace ser conocido en el ejército romano y tras una derrota, el nuevo emperador le deja en Persia como embajador suyo. Allí conoce grandes pensadores de la época, pero es a su regreso después de meses cuando conoce a los cristianos y en concreto a Orígenes, un pensador de la época (siglo II creo recordar) que le hace ver La Luz de Dios. Esta última parte del libro está completamente llena de los pensamientos y la espiritualidad de Félix.
No es el libro que aconsejo leer en primer lugar del Señor Adalid, ya que el ritmo no es tan rápido como en El Cautivo. Sin embargo la descripción de Gades (Cádiz), Terraco (Tarragona), Metelium (nuestro vecino Medellín) y Emérita (Mérida) es fantástica, y nos zambulle en los ambientes de la época de una manera natural, sin abundar en interminables descripciones como hacen otros escritores. Es un libro magnífico.
No es el libro que aconsejo leer en primer lugar del Señor Adalid, ya que el ritmo no es tan rápido como en El Cautivo. Sin embargo la descripción de Gades (Cádiz), Terraco (Tarragona), Metelium (nuestro vecino Medellín) y Emérita (Mérida) es fantástica, y nos zambulle en los ambientes de la época de una manera natural, sin abundar en interminables descripciones como hacen otros escritores. Es un libro magnífico.
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